PERSONAJES DE HALACHO (ACTUALIDAD)

RAMIRO SUÁREZ HUCHIM Nació en Halachó, Yuc; el 4 de julio de 1949. Profesor de Educación Primaria. Profesor de Educación Media Básica en la especialidad de Lengua y Literatura Española. Es autor de los libros “El Pretexto es el Amor”, “Otra Vez el Amor” y “Abrir el día sin tu nombre”. Presentador de los libros “Deletreando el Alba”, “Conjuro de Alas”, “Cal-Kin”, “Manual de Soledades” y “Relatos y Leyendas de mi pueblo”, “La casa de la abuela”, “Gremios, Devoción a Santiago Apóstol”, “Poetas del Camino Real” y “Tenabo” (Monografía Municipal)”. Ha sido mantenedor de los juegos florales “Oscar García Pérez (El Campechano)” de Tenabo, Campeche. Jurado en los juegos florales de Escárcega, Tenabo, Calkiní (tres veces) y Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma de Campeche (UAC). Integrante de los grupos literarios: Génali, de Calkiní; y de La Casa Maya de la Poesía, en Campeche. Ha publicado en periódicos locales y de la región. Encontramos su obra en las revistas literarias Génali, Cal-kin, Kin-Lakan y U Tuuk-Kan. Incluido en las antologías “Veinte Poetas Campechanos”, “Parnaso Campechano”, “Suspiros en el Bambú”, “El Silencio Cambia de Voz”, “Decir la Primavera”, “Diaria Avis”, “Poesía Joven de Campeche” y en “La Hora de Ustedes”. Coautor de los libros colectivos de poemas “Al Final del Camino” y “Poemas Desde el Rincón Celeste”. Ha sido jurado en certámenes estatales, regionales, prenacionales y nacionales, tanto en Declamación y Oratoria como en Cuento. Tiene Mención Honorífica de los Juegos Florales Nacionales Universitarios de la Universidad Autónoma de Campeche. Ha leído y hecho comentarios poéticos en Escárcega; Calkiní; Palizada; Campeche; Ciudad del Carmen; Bacalar Quintana Roo, Halachó y Mérida, Yucatán. Actualmente se desempeña como supervisor de Escuelas Secundarias Particulares. FUENTE: Miguel Angel Ku Mis…. Historia de Halachó. Tomo II

VICENTE CANCHÉ MÓO

Nace el 5 de febrero de 1975 en Halachó Yucatán. Sus padres son María Elena Móo Pat y Vicente canché Canul (+). Su lengua materna es la maya. Inicia su participación cultural con poesías en español y maya con la Misión Cultural de su pueblo. Cursa la educación básica en Halachó y estudia el bachillerato y la carrera de Lic. en Educación Primaria en el estado de Campeche. Ha obtenido dos primeros lugares en los Premios Estatales de Literatura, ha participado con ponencias en los Encuentros de Cultura maya, realizados en Yucatán, Quintana Roo, Campeche y Guatemala. Fue becario del Fondo Nacional Para la Cultura y las Artes en 3 ocasiones, becario del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes, Premio Estatal a la Juventud Indígena 2003. El año pasado ocupó el Primer lugar en el concurso Regional de Cuento en Lenguas Indígenas, convocado por los estados de Yucatán, Campeche, Quintana Roo, Tabasco y Veracruz. Desarrolla programas multimedia para la enseñanza de la lengua maya, entre los cuales destaca el Primer Curso Interactivo de lengua Maya, DVD nivel Inicial e Intermedio y Audiocurso para el mismo fin. En la actualidad es Presidente del Centro Promotor Cultural Maya A.C. de Halachó, Asesor Académico del programa estatal Ko’one’exKanik Maya (Aprendamos la Lengua Maya) y es maestro de computo en el Nivel especializado de la Academia de lengua maya para maestros de Educación Indígena. FUENTE: Miguel Angel Ku Mis…. Historia de Halachó. Tomo II

JORGE LUIS CANCHÉ ESCAMILLA

Nació el 23 de abril de 1954 en Halachó, Yucatán. Es Licenciado en Economía con Maestría en Economía y Administración Pública. A impartido cursos de nivel Licenciatura y Maestría en la Facultad de Economía de la UADY y editado los libros "Economía, Educación y Sociedad. Una Opinión", por la Universidad Autónoma de Yucatán; “Estado, Economía y Sociedad”, por la misma Universidad; “Algunos Escritos y Algo de Reflexión”, editado por el Centro Cultural de Oriente, Valladolid, Yucatán, y “Todos Hablan de Amor”, por la Universidad de Valladolid, Yucatán. Actualmente están en proceso sus libros “Política Económica de México (2000–2005)” y “Más Escritos de la Vida diaria”. Ha colaborado en el canal local de televisión Grupo SIPSE, del Estado de Yucatán, cuenta con diversas publicaciones de artículos de temas de actualidad en la prensa local y regional (El Financiero, Por Esto!, Diario del Sureste, Novedades de Yucatán (hoy Mundo al Día), Diario Tribuna de Campeche entre otros) y ha sido columnista en diferentes medios radiofónicos del Estado de Yucatán (Grupo Rivas, Grupo Rasa, Radio Yucatán, Grupo SIPSE, entre otros). En la Facultad de Economía de la Universidad de Yucatán ha sido Secretario General, Secretario Académico, Miembro del Comité de Promoción y Permanencia, miembro del Consejo Editorial de la Revista y dos veces director de la Facultad durante los periodos de 1993 a 1997 y de 1998 al 2001. También ha sido miembro del Jurado Calificador del Concurso de Oposición Abierto para la plaza de Formulación y Evaluación de Proyectos Socio-Económicos (1991) y miembro de la Comisión Dictaminadora del Área de Ciencias Sociales, Económicas-Administrativas y Humanidades de la Universidad Autónoma de Yucatán (1992). Actualmente Jorge Luis Canché Escamilla es Profesor Investigador de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de Yucatán y Director General de la Empresa Consultora “Investigación, Docencia y Consultoría Económica S.C.P. (INDYCE). FUENTE: Miguel Angel Ku Mis…. Historia de Halachó. Tomo II

DONNY LIMBER DE ATOCHA BRITO MAY

Es maya hablante, nació en Sihó, Halachó, Yucatán, en 1973. Radica en la ciudad de Campeche desde 1993. Estudió en el Instituto Campechano la Licenciatura en Educación Artística. Ha publicado sus textos en revistas, periódicos y suplementos culturales de circulación local y nacional. También ha participado en Cursos Literarios, Charlas, Encuentro de Escritores indígenas, Presentación de Libros, Jurado en Concursos de Oratoria, Cuento y Creación Poética y Lecturas tanto en Campeche, como en Estado de Yucatán y Quintana Roo. Es autor del libro “Vuelo al Equilibrista”, editado por el Instituto de Cultura de Campeche en el año de 1998. Becario del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes (FECA), para Jóvenes Creadores, versión 1999–2000, Becario del Programa de Estímulos a la Creación y al Desarrollo Artístico de Campeche (PECDA), en la categoría de escritor con trayectoria 2007-2008. Posee seis inéditos: “La Piedra Sagrada del Venado”, cuento corto Bilingüe, “Poesía En Voz Baja”, “El Último Vuelo De La Tarde”, “Los Nacientes Cerca Del Cielo”(obra poética bilingüe), “Evocación E Invocaión: La Vida Y La Hermana Muerte En Plena Soledad” y “Las Tres Piedras De Nuestro Hogar”(obra poética bilingüe). También posee una Metodología inédita: “Los Recursos Para La Transcripción De La Poesía Maya Al Castellano”. En noviembre del 2008 ganó el Premio Nacional de Literatura Indígena “WaldemarNohTzec” en Calkiní, Campeche. Docente asociado al proyecto de Creación del Centro de Lenguas Indígenas del Instituto Campechano, ha participado activamente en la edición del Software, Manual del Alumno, Manual del Maestro para la enseñanza de la lengua maya, así como también traductor y conductor en el video del Software del Curso de Lengua Maya de la misma Institución. Fue facilitador Bilingüe de Educación Indígena en el Estado de Yucatán. Actualmente Responsable del Laboratorio de Lengua Maya del Benemérito Instituto Campechano y miembro activo de los Escritores en Lenguas Indígenas A.C. (ELIAC). FUENTE: Miguel Angel Ku Mis…. Historia de Halachó. Tomo II

RAÚL CÁCERES CARENZO

Ver su biografía en el INBA Poeta y escritor yucateco (Halachó, mayo 7, 1938), radicado en Toluca desde 1970. Ha obtenido cinco premios nacionales de poesía y uno de teatro infantil. Como instructor y director ha impulsado la expresión escénica tanto en Mérida y Toluca como en otras ciudades del país. De 1984 a 1989 fue promotor de actividades artísticas del Instituto de Cultura de Yucatán. Su pieza épica y testimonial Canek: caudillo maya, se estrenó en Mérida (noviembre 7 de 1988) en el Teatro “José Peón Contreras”. En 1989 le fue entregada la Medalla Yucatán por el conjunto de su obra. En 1994 recibió por segunda ocasión el premio “Antonio MédizBolio” que otorga el Gobierno de Yucatán. Obtuvo el premio único de los Juegos Florales Toluca 1998. También el premio de Dramaturgia del certamen Toluca Bicentenario (1999) por su obra épica Mestizaje: Cruz de relámpagos (Crónica sobre Gonzalo Guerrero). Actualmente es instructor de Literatura y Teatro del Instituto Mexiquense de Cultura. OBRA PUBLICADA.- Poesía: Lectura de la luz (Toluca, 1972), Para decir la noche (UNAM, 1973), Sueña el mar que es fuego (UAEM, 1981), Ritual maya (Gobierno del Estado de Yucatán, 1986), La flama del tiempo (UAEM/IMC Coediciones, 1989), Salutación al Dios Tolo (La tinta de alcatraz, Toluca, 1993), Secreto a voces (Gobierno del Estado de Yucatán, 1993), Sonetos elementales y Acinacal: la canica (IMC, 19996), Biografía de mi nombre y otros poemas (UAEM/IMC Coediciones, 1998) y El Sarcastiricón (IQC, Chetumal, 2001). Ensayo: Telón de Aquiles/Oficios del teatro (Ediciones Ayuntamiento de Mérida, 2001). Crónica: La noche de los muertos (Toluca, 1974). Teatro: Canek: caudillo maya (CONACULTA/Instituto de Cultura de Yucatán, 1990); Mestizaje: Cruz de relámpagos (H. Ayuntamiento de Toluca, 2000). Como investigador de la poesía mexicana ha publicado las siguientes antologías precedidas de un estudio literario: Laura Méndez de la Cuenca/La pasión a solas (IMC, 3ª. Edición, 2003), Joaquín Arcadio Pagaza/El valle de la luz (IMC, 1990) y Ángel María Garibay: El poeta (IMC, 1992). También se publicó su antología y estudio a la obra poética de Saint-John Perse: El mar y el hombre (IMC, 1994). FUENTE: Miguel Angel Ku Mis…. Historia de Halachó. Tomo II


Presentan el libro

HALACHÓ, DEL POSTCLÁSICO TARDÍO AL PORFIRIATO

De Miguel Ángel Ku Mis



El sábado 20 de febrero se presentó el libro HALACHO, DEL POSTCLÁSICO TARDÍO AL PORFIRIATO, del Profr. Miguel Ángel Ku Mis. El evento fue moderado por el Mtro. Jorge Cortés Ancona, Subdirector de Literatura y Promoción Editorial del ICY. La presentación del documento estuvo a cargo del antropólogo Enrique Martín Briceño, de la Dirección de Patrimonio Cultural del ICY; el Lic. Jorge Luis Canché Escamilla, catedrático investigador de la UADY y el reconocido historiador Mario H. Aranda González.
Los asistentes disfrutaron el evento, entre ellos se encontraban integrantes de Celicmayab A.C; el Dr. Jesús Lizama Quijano, investigador del CIESAS Peninsular; la Red Literaria del Sureste, con sede en la capital del Estado; las autoridades municipales y amigos y familiares varios que acompañaron al autor en la presentación del documento histórico. Concluida la presentación el Centro Promotor Cultural Maya A.C. invitó a los visitantes a disfrutar una cena en casa del autor.

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PROLOGO
LIC. JORGE LUIS CANCHÉ ESCAMILLA
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A Miguel Ángel Kú Mis tuve la oportunidad de conocerlo cuando recibí de él una invitación para presentar su libro: Gremios, Devoción a Santiago Apóstol en Halachó, Yucatán, el 15 de julio de 2008, en los bajos del Palacio Municipal del municipio de Halachó. Joven de 31 años, maestro de primaria, muestra una sed enorme de saber de la historia de Halachó, el papel jugado antes y después de la Conquista. Pero sobre todo, de los tiempos contemporáneos. Ese primer encuentro entre él y yo fue de una sinergia en la que pudimos intercambiar nuestras visiones sobre el lugar del que ambos provenimos: Halachó. Así como de su circunstancia en el Camino Real. La de él, desde la observación de su estancia de vida en el sitio referido; y la mía, desde los recuerdos, vivencias y lecturas aisladas del mismo lugar, desde la ciudad de Mérida.
En Miguel Ángel hay algo más todavía, su formación como maestro, su convivencia con diversas comunidades en el proceso de la enseñanza y del aprendizaje, da lugar a despertar su vocación de investigador que lo lleva a indagar sobre su origen y el papel de la cultura maya, nuestra cultura en el espacio geográfico en que se encuentra. Realiza su Educación Básica en Halachó, la Media y Superior en el vecino Estado de Campeche. Su inquietud lo lleva a participar en el grupo JOVACTIH (Asociación de Jóvenes Activistas de Halachó), donde realiza diversas actividades sociales, culturales y deportivas. Así mismo, tuvo la oportunidad de comunicar sus inquietudes al ser redactor y comentarista editorial en el Periódico Tribuna. Lleva en su haber la realización de dos libros: “Gremios de Halachó, Fe y Devoción a Santiago Apóstol” (editado por él mismo en forma modesta) y “Gremios, Devoción a Santiago Apóstol en Halachó, Yucatán”, editado por el Instituto de Cultura de Yucatán (ICY), CONACULTA, Culturas Populares Indígenas, dentro del Programa PACMYC 2007. Actualmente, en compañía del maestro Vicente Canché Moó, promueve la realización de la Revista bilingüe (maya-español) HALAL (Carrizo), bajo los auspicios del Centro de Desarrollo Indígena (CDI) Estatal.
En el primer encuentro al que me he referido, tuve la oportunidad de conocer los proyectos futuros del maestro Kú Mis, siendo el inmediato: la edición del libro Historia de Halachó en dos tomos, lo que me pareció extraordinario. Al pedirme que prologara el primer tomo (Del Postclásico al Porfiriato), me sentí gratamente honrado y complacido, aceptando de inmediato tal encomienda. Debo decir, que hacía mucho tiempo deseaba saber más de Halachó y su historia, conocía la existencia de algunos eventos registrados en sus anales, así como el hecho de haber sido un sitio importante por el lugar geográfico que ocupa entre Mérida (la capital del Estado), Campeche y la capital del país. Al igual de la fama de sus novenarios (gremios) dedicados al Santo Patrón Santiago Apóstol y el festejo de onomástico que se realiza en la tercera semana de noviembre. Pero, nada más. Por eso, al leer este primer tomo de la Historia de Halachó, que verá luz gracias al apoyo del Consejo Ciudadano de Desarrollo Cultural Municipal y al Cabildo 2007 – 2010 que encabeza el alcalde, Lic. René G. Tun Castillo, debo decir que fue en verdad extraordinario y emotivo.
Extraordinario por la trascendencia del sitio desde antes de la conquista hasta la época revolucionaria, pasando por la Colonia y la Independencia de México. Y emotivo porque el autor, al ubicar en el tiempo el origen de Halachó en el Periodo Clásico de la civilización maya (150 d. de C. – 900 d de C) refiere, de acuerdo a los investigaciones Lorraine A. Williams Beck y el japonés Tsubasa Okoski Harada, que los Canché vivían en Dzitbalché, los Mut en Xicincah (lugar desaparecido), los Tayú en Tzemez Akal (lugar desaparecido) y los Eúan en Mopilá, por mencionar algunos. Sitios que fueron y son lo que ahora conocemos como comisarías de los municipios. El sentir proviene porque Canché y Mut son apellidos que acompañan el nombre de Luis Gonzaga, mi padre, originario al igual que sus antecesores, quienes desde su historial familiar, han vivido desde siempre en dicho lugar. No pretendo con lo anterior significar la descendencia de mi apellido Canché, sino simplemente señalar la posibilidad de que así pudiera ser. Lo cual, al menos para mi, resulta gratamente significativo. Hecho que da lugar para agradecer aún más la distinción recibida para prologar la presente obra.






Loable en verdad, el interés que tiene Miguel Ángel por rescatar la historia de Halachó y sus alrededores, la cual, además, ofrece principalmente a sus coterráneos halachoenses y demás miembros de la sociedad yucateca. Esto es justamente lo que actualmente se requiere: recuperar nuestra identidad como herederos de la Cultura Maya, tener el sentido de pertenencia y trascender con ella hacia el futuro poniéndola al servicio de las nuevas generaciones, sintiendo el orgullo de pertenecer a tan reconocida estirpe.
A fin de abordar el periodo establecido de la Historia de Halachó I, el autor divide el contenido del libro en cuatro períodos: Postclásico, Época Colonial, De la Independencia a la restauración de la República y el Porfiriato. Siguiendo ésta metodología documenta y señala la localización, población y etimología de Halachó. Indicando que la situación de pueblo fronterizo con el Estado de Campeche y puerta de entrada a Yucatán por el conocido Camino Real, contribuye a hacer de Halachó una de las poblaciones yucatecas más conocidas por los habitantes del interior de la República e inclusive del extranjero que viene por carretera.
La explicación etimológica del nombre de la población es realmente acuciosa y por demás interesante, no solo por su significado, sino por la atención que le han brindado y brindan personajes de gran prestigio y fama, interesados en nuestra cultura y del lugar referido. En la página 17 del texto Miguel Ángel nos dice lo siguiente: “Desde el inicio de la Colonia el término Halachó se escribió de dos maneras diferentes: Tahalachó para F. Cook Sheburme y Borah Woodrow; y Halalchó, según Fray Diego López de Cogolludo (1561). Por su parte, el gentilicio halachoenses se aprecia en el Códice de Calkiní, razón explicable si recordamos que los españoles intervinieron en su elaboración en el año de 1595”.1 En este apartado también nos señala que: “Halachó se ubica entre el grupo de toponimias que corresponden a árboles, yerbas y plantas. La descripción más conocida señala que el nombre del pueblo viene de “U- Halal- Ch´ó”, donde la sílaba Halal es “carrizo” y Cho´ó “ratón”, esto es, Carrizal del Ratón. Está traducción indudablemente se sustenta en interpretaciones del histórico Códice de Calkiní y de distinguidas personalidades de la talla de Fray Diego de Cogolludo, Manuel García Rejón (Marcos de Chimay), Alfredo Barrera Vázquez, Rafael Yates Sosa y los canónigos Julián Troncoso y Manuel María Castellanos”. Al igual que los anteriores, Santiago Cruz Pacheco, William Brito Sansores y otros más, también se ocuparon del origen del nombre del poblado. Sin embargo, Fray Alfonso Ponce ofrece una versión que al autor le parece interesante, al igual que a mi. Indica que Halachó es la castellanización de la toponimia maya Halachoob, que significa “Hombres verdaderamente sabios, autoridades”. Halachó era entonces el “Lugar de los hombres verdaderamente sabios”. El nombre de Halachoob lo convirtieron en Halach´o, que se tradujo arbitrariamente en Halal (carrizo) y Ch´o (ratón), o sea, “El lugar del carrizo y del ratón”. No hay justificación para que semejante traducción, sentencia Fray Alonso Ponce, ya que el nombre no es Halalch´o sino Halachoob. Carlos Alfonso Arcila Sosa ofrece una interpretación parecida cuando señala que Halachó viene de Halachos, es decir, de comandos militares que vivían en el pueblo. (Ídem)
Miguel Ángel nos refiere en su trabajo que durante el periodo clásico de la Civilización Maya (150 d. de C. – 900 d. de C.) las tierras de Halachó estaban rodeadas por Oxkintok, la precolombina ciudad de Chunchumil (hoy comisaría de Maxcanú), la ciudad de Sihó (hoy comisaría de San Antonio Sihó cuyo esplendor aconteció entre los años 550 y 600 d. de C.) y Tacunché. Perteneciente al señorío de Ah Canul. El cacicazgo de Ah Canul se extendía de T´ho (Mérida) a Ah Kin Pech (Campeche) de Norte a Sur y de las Sierras Altos y Bajos del Este, al litoral correspondiente del Golfo de México por el Oeste. Dominaba desde la Punta Kopté, en la costa de la Península de Yucatán, hasta el Río Homtún, cerca de la ciudad de Campeche. Al paso de algunos años surgieron otros sitios, entre los cuales figuraron Halachó, Chulilá (hoy desaparecido), Bécal, Tuchicaan, Granada, Maxcanú y Chocholá por mencionar algunos.
El libro menciona que a la llegada de los españoles, al parecer, el sitio de Halachó se hallaba con mayor número de habitantes que habían extendido su dominio en Tuchicaan. Así lo prueban las crónicas del conquistador Blas González, quién acompaño a Francisco de Montejo (Sobrino del Adelantado) en la travesía hacia Ichcaanzihó. Al respecto escribe Blas González: “Salida a Tuchicán–Halachó. Tuchicán–Halachó, Febrero de 1541. El ejército pasó a ocupar el pueblo de Tuchicán–Halachó, está situado entre Calkiní y Maxcanú. Aquí asientan el real seis meses, pues el Capitán General Montejo resolvió esperar que el ejército allegase todos sus recursos, a fin de asegurar el éxito en la entrada de las provincias de Chakán y Ceh–Pech, en donde piensa habérselas con muy crudos tenaces enemigos”. Lo anterior tiene como finalidad señalar el sitio y los protagonistas, a fin de destacar lo significativo del papel de Halachó en la Historia de Yucatán, desde el inicio de la invasión española.
En cada uno de los apartados en que se encuentra dividido el libro Kú Mis narra en forma documentada aspectos relevantes de esa historia que he mencionado, es por ello que en el período identificado de la Colonia, nos dice que con el objeto de cristianizar a los mayas halachoenses y a los de Chulilá, Fray Luis de Villalpando erigió una capilla en el barrio de Mejorada en honor de “Nuestra Señora de Mejorada”. Indicando que esta construcción coincide con la política de los conquistadores que al principio no permitían la mezcla de las distintas razas. Los cronistas indican que fue justamente en este barrio donde empezó la existencia de Halachó.
Con una amenidad, propia del autor, describe la visita que el célebre investigador John L. Stephens hace al poblado en 1843 y el asombro que le causa la magnitud de la feria de Halachó al igual que su devoción por el santo patrón Santiago Apóstol. Stephens fue invitado por el hacendado Simón Peón, el anfitrión de su viaje a Yucatán y cuya familia era propietaria de la ex hacienda de San Antonio Sihó. Un hecho relevante durante la Guerra de Castas (1847) fue la actuación de Antonio Mijangos, originario de Halachó, quién se opuso a la venta y comercio de esclavos mayas que duró entre 1848 a 1861, siendo está actividad una de las consecuencias de la Guerra de Castas. Ésta afirmación fue realizada por el Teniente Coronel Bernardino Mena Brito. Evento significativo fue la estancia que realizó la emperatriz Carlota Amalia en la iglesia de Halachó (en la casa cural) el día 9 de diciembre de 1865. Una de las comunidades de Halachó, aún hoy en día lleva el nombre de Cepeda, en honor del general Manuel Cepeda Peraza, quién fuera héroe de la guerra contra el Segundo Imperio. Por cierto, Cepeda Peraza jugo un papel relevante para que Halachó no se integrara al recién creado Estado de Campeche, por aquellos tiempos. El 4 de octubre de 1875, de cuerdo con el Decreto 82 de la V Legislatura de aquel entonces, recibe Halachó el título de Villa.
La parte última del libro, aunque no la menos importante, está dedicada al Porfiriato. En ella Halachó tiene una participación que la distingue por la construcción del tren Mérida–Campeche (vía larga y angosta), inaugurado el 28 de julio de 1898, constituyendo Calkiní el lugar de unión entre las dos vías. Proyecto relevante no sólo por la unión de las dos entidades y el impacto en la vida socioeconómica, sino porque la actividad ferroviaria fue la modernización de México, obra de primer orden durante la era Porfifirista. La estación del tren se encontraba en el interior del poblado de Halachó, ubicada en la calle 15 entre 16 y 18, sitio que funcionó hasta mayo de 1957. Cuando se instaló la vía ancha entre Mérida y Campeche, ésta se trasladó en las afueras del pueblo en el lugar conocido como “La sombrilla”, situado a espaldas del barrio de “Mejorada”. 2 Años antes de este gran proyecto, a partir de 1860 las haciendas del municipio de Halachó ingresaron en el contexto estatal como “extensiones cultivables del henequén”. Este apartado también considera eventos significativos con visitas de personajes para la inauguración de obras y edificios, entre algunos de esos personajes identificados como halachoenses, y que forman parte de su historia, se encuentra el popular Juan Usó Muñoz “El chivo de Halachó”.
Es así, como Miguel Ángel, rescata la herencia histórica de Halachó para orgullo de los que ahí hemos tenido el privilegio de haber nacido y ser parte en adelante de sus memorias; cumpliendo el ofrecimiento que hace en la presentación de su libro, para beneplácito nuestro y los que tendrán la oportunidad de leerlo en el futuro inmediato. Demos la bienvenida y reconocimiento al profesor Miguel Ángel Kú Mis, por está iniciativa de dar a conocer sus inquietudes traducido en libro para dejarlo como herencia y conocimiento de los halachoenses y de los yucatecos en general. Hagamos votos para que continúe con esta noble tarea, esperando que al ser conocida su labor y calidad investigativa tenga mayores oportunidades para continuar no solo investigando, sino también, para su publicación. Historias locales como éstas deben ser apoyadas y divulgadas. A mi juicio, debe de ser incorporado este libro como texto de lectura en la enseñanza básica de Halachó, en la parte de Historia. Sin duda, es una tarea que debe ser considerada por las autoridades públicas, privadas y académicas. Insisto, es una opinión. Por último, felicitar una vez más a Miguel Ángel y el agradecimiento sincero por la atención a mi persona para realizar el presente prólogo. Deseo haber cumplido con la encomienda solicitada.

(1) Tomado del libro: Gremios, Devoción a Santiago Apóstol en Halachó, Yucatán, de Miguel Ángel Kú y mencionado por primera vez, por mi, en su presentación realizado el 15 de julio de 2008 en el municipio de Halachó.
(2) Este hecho marcó la vida de la Familia Canché Escamilla, la mía. Siendo ferrocarrilero mi padre, dio lugar para que nos trasladáramos a la ciudad de Mérida e iniciara una nueva historia familiar al instalarnos en la colonia Sambulá, -donde se encontraba la sección 25 de los ferrocarriles- en las afueras de dicha ciudad al iniciarse los sesentas.
Mérida, Yuc., Méx., 24 de julio de 2008
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PALABRAS DE MARIO H. ARANDA GONZÁLEZ

Un derecho de sangre me anima para comentar este libro: mi tatarabuelo José Dolores Vargas Alcocer, fue escribano – encargado en las haciendas: Granada, Paraíso, Dzidzibachí, Tankuché, Río Verde y Chilib, a donde nació mi abuela Eloísa Vargas. Mi bisabuelo Manuel Alonzo Rojas, era de Opichén. Mi señora madre, Isela González Vargas, mis abuelos, mis tíos y primos de Dzitbalché, mi suegro Adolfo González Salazar, de Bécal. Muy pequeño viví en Tenabo, estudié secundaria en Calkiní y la Normal en Hecelchakán. Conservo buenas relaciones con muchos habitantes del Camino Real. Por ello me siento en casa y agradecido por su hospitalidad.
En el Camino Real hay 4 ciudades, 5 villas y un ciento de pueblos y comisarías, que totalizan más de cien mil habitantes. Todos, como lo es Yucatán y mi tierra: Los Chenes, producto del mestizaje maya-español. Estos bellos parajes, representan muchas cosas: la región más pacífica, con el más bajo índice de criminalidad en la península. Los servicios educativos, han ensanchado sus horizontes del básico al universitario. La cobertura médica, insuficiente, no ha logrado un hospital de alta especialidad. La economía es baja, pero estable y relativamente decorosa, producto de la industria manufacturera artesanal de la burocracia; en especial en el filón del magisterio, la carrera más socorrida. La comunicación, aceptable, urgida de una pista de cuatro vías: Mérida – Campeche, con ramales a la costa y a la rúa: Mérida – Los Chenes – Campeche. Los interesantes vestigios arqueológicos, representan un proyecto desaprovechado. la producción horto-frutícula es de buena factura, pero urge mejorar los canales de comercialización, hacia las grandes ciudades con mayor índice de consumo.
Esta radiografía, vista como un vaso medio lleno, pareciera indicar que el Camino Real es Jauja utópica, pero no es así: el índice del desempleo es alto, sobresaturada la oferta con los tricitaxis, la albañilería migrante a Cancún y Mérida. Para colmo; pese a que los salarios eran legales, pero bajos, mitigaban en parte el subempleo, han desaparecido las tres maquiladoras en el rumbo. La cestería y tejidos de huano, generan más recursos a los intermediarios, porque los obreros y las autoridades, no han tenido la intención de agremiarse, para la defensa de su economía. Otros grandes problemas, afectan a las familias y al entramado social: la prostitución junto a la caseta migratoria y sanitaria, absolutamente sin control, otro; la ruina catastrófica del alcoholismo. Esto, la insuficiencia de recursos, el ausentismo de muchos jefes de familia, por su trabajo en otras ciudades, afecta hoy y afectará más a futuro, la estructura familiar y podría general descomposición social y violencia.
La crítica no es infecunda, cuando sugiere alternativas de solución, donde converjan las mejores intenciones, en los sectores, público, privado y social.
El autor nos dice en su PRESENTACIÓN “(…) la fundación (de Halachó) por el señorío maya de Ah Canul (…) son parte de ti, de tu pasado histórico, de tu identidad social.
“(…) te contaremos la vida de algunas celebridades históricas, al igual que de personajes contemporáneos; destacaremos las trayectorias de los grupos culturales (…) y te obsequiaremos textos íntegros de placas conmemorativas de nuestros edificios y monumentos públicos.
“(…) la información, se acompaña con fotografías, mapas, efemérides y testimonios de John Lloyd Stephens, Bernardino Mena Brito, Isidro Mis y notas inéditas de Andrés Escalante Yah” (fin de la cita).
En el PRÓLOGO, otro distinguido halachoense, Dr. Jorge Luis Canché Escamilla, relata la cosmovisión profesional de origen popular, que tuvo la necesidad de migrar para educarse, pero que una sentida nostalgia muerde sus emociones, cuando recrea las vicisitudes familiares, en el afán de superar las adversidades y los recuerdos almacenados imperecederos en el magín, a donde la razón y la raigambre sentimental, levantan acta de presencia.
Exalta la personalidad del autor para justificar sus esfuerzos, por destacar en el ámbito de la crónica literaria, en el valioso rescate de la lengua maya de la Revista “Halal”, con sus valiosdas aportaciones literarias.
Aglutina las diferentes interpretaciones lingüísticas, que intentan discernir la etimología del nombre maya, a través del autorizado criterio, de los más prestigiados eruditos.
Hace justicia a los prohombres que han dado lustre a la biografía local y a los más relevantes sucesos históricos.
Así nos dice el Dr. Canché Escamilla: “Ese primer encuentro entre nosotros, estuvo marcado por una sinergia en la que pudimos intercambiar nuestras visiones sobre el lugar del que ambos provenimos (…) la de él, desde la observación de su estancia de vida en el sitio referido; la mía, desde los recuerdos, vivencias y lecturas aisladas en la ciudad de Mérida.

“(…) recuperar nuestra identidad como herederos de la cultura maya, tener el sentido de pertenencia y trascender con ella hacia el futuro, poniéndola al servicio de las nuevas generaciones, sintiendo el orgullo de pertenecer a tan reconocida estirpe.
“El 4 de Octubre de 1875, con el Decreto 82 de la V Legislatura, recibe HALACHÓ, el título de Villa.
“A mi juicio, debe ser incorporado este libro como texto de lectura para la enseñanza básica de Halachó en la parte de la historia” (fin de la cita).
En GENERALIDADES, el autor nos ubica en el contexto de la cartografía, con sus meridianos y paralelos para un mayor rigor de interpretación científica.
Exhibe avales irreprochables de prestigiados intelectuales, en torno a la etimología del nombre.
Especula en la existencia de un cenote que originalmente saciaba la sed del viandante, ubicado en la plaza principal. Debió sugerir que los expertos en espeleobuceo, pudieran elucidar el asunto.
Así literalmente señala: “en frontera con el vecino estado de Campeche, con Maxcanú, Opichén, Muna y Santa Elena”.
Resume el impacto del Período Clásico Maya (150 – 900 d.C.) y el Decadente Posclásico, así como la irrupción española en 1541. Ubica la Conquista a cargo de Francisco de Montejo, quien enfrenta la furia de los nueve hermanos Ah Canul, los que desde su férreo cacicazgo, hermanados con la ferocidad de Moch Couoh en Champotón; años antes, concibieron la primera derrota de un ejército invasor en América. La Batalla de San Bernabé en Campeche, fue una victoria pírrica para los españoles; el incendio de la sabana en Pocboc y la valentía indoblegable de Nachi Cocom, hicieron más lenta, pero inevitable la Conquista – Colonización del Mayab. Y así pasaron por estas tierras de Halachó.
La Colonia (1537 – 1821) permite el salvajismo de Fray Diego de Landa, al quemar en el Auto de Fe de Maní, códices, ídolos, cerámica y aplicar castigos crueles. Los levantamientos indígenas; pese a las más sangrientas represiones, es el más doloroso ejemplo, el asesinato de Jacinto Canek en Mérida. La Guerra de Castas (1847 – 1902), produjo millares de muertos, hambre, desaparición de pueblos y haciendas y la mutilación de Yucatán, al perder Campeche en 1863 y Quintana Roo en 1902.
Tanto dolor, tanta muerte, tanta calamidad, debieron ser un acicate, para detener la voracidad de los políticos, pertrechados económicamente, quizá coludidos con la más alta criminalidad en el mundo. Dan la espalda al fenómeno de la violencia y la marginación social, que hace padecer hambre a la mitad de los mexicanos. Parecen sordos ante el peligro de un estallido social que nadie desea.
Nos relata, el crecimiento, evolución y destrucción de los vestigios arqueológicos; los edificios más sólidos de la fe cristiana, de los grandes personajes del medio, tales como: “El Fusilado” de Halachó”, “El Chivo” de Halachó”, el Coronel Mena Brito, Felipe de Jesús Mis, Enrique Recio Hernández, Máximo Cen, Encarnación Mijangos, Manuel López, Raúl Cáceres Carenzo y otros. Le faltó incluir al Dr. Canché Escamilla, Vicente Canché Moo y el Maestro Jorge Dolores Martínez Herrera, como personajes que honran su cuna. Describe con orgullo el paso de la Emperatriz Carlota y de John Lloyd Stephens por su terruño.
Este libro es muy bueno. Tiene una pulcra edición. Nadie debe conformarse por su aportación, hay que seguir investigando, hasta constituir una verdadera enciclopedia informativa, que muy pocas comunidades tienen.
Concluyo, agradeciendo al Profesor Miguel Ángel Ku Mis, el haberme invitado al comentario. Desde luego recomiendo ampliamente su lectura. Es muy grato, como difícil, ser el pionero en una investigación rigurosa y tanto o más, el conseguir un patrocinio para publicar, pero compensa la satisfacción de ver al pueblo reunido, para ovacionar a este joven escritor quien en el futuro, también será reconocido como un halachoense distinguido.
Gracias:
MARIO H. ARANDA GONZÁLEZ
Feb. 20 de 2010








EFEMÉRIDES IMPORTANTES DEL PUEBLO


13 de marzo de 1940: Nace José Ariel Valencia Paredes, sobrino del Prof. Amado Andrés Fernández Paredes e iniciador del básquetbol en los 60´s.

16 de marzo de 1915: La Revolución Social llega a Yucatán a través del combate en Halachó entre las fuerzas del General Salvador Alvarado y los inexpertos militares contrarrevolucionarios adeptos a Abel Ortiz de Argumedo. En el enfrentamiento sobrevive Wenceslao Moguel Herrera, “El Fusilado de Halachó”.

Del 29 al 31 de marzo de 1918: Francisco Mis, sobrino de Felipe de Jesús Mis; y Fernando Keh; representan al pueblo en el Primer Congreso Obrero de Yucatán celebrado en Motul. Esta participación evidencia la fuerte presencia de la corriente socialista entre los halachoenses.

11 de abril de 1857: Halachó levanta su acta de adopción para integrarse a Campeche. El General Manuel Cepeda Peraza impide la anexión al vecino Estado.

5 de mayo de 1908: Concluye la construcción de la Casa Escuela.

7 de mayo de 1938: Nace Raúl Cáceres Carenzo, “el mayor poeta yucateco de su generación”, periodista cultural, director escénico, actor, dramaturgo, antologador y ensayista. A partir de 1970 vive en el Estado de Toluca. Carenzo presentó su poemario más reciente llamado “Luz de fondo (poesía 2002-2007)” en mayo del 2008, en la bilioteca pública María Pino Suárez, en Mérida.

10 de mayo de 1948: Anselmo Cárdenas inicia la construcción del parque público “Miguel Alemán Valdés”.

10 de mayo de 1956: Se erige el Monumento a la Madre.

14 de mayo de 1957: Inauguración del ensanchamiento de la vía ferrocarrilera Mérida-Campeche. La estación, conocida como “La Sombrilla”, fue la segunda del pueblo y se ubicaba detrás del barrio de Mejorada.

2 de junio de 1898: Culmina el tramo ferrocarrilero de Halachó a Bécal y, con él, la línea larga Mérida-Campeche. Esta primera estación de trenes de Halachó se encontraba a sólo tres cuadras al noreste del centro del pueblo y desde 1910 hasta mediados del siglo XX fue una de las más importantes del Estado.

17 de junio de 1917: Encarnación Mijangos denuncia a los socialistas por la fraudulenta elección de diputados.

14 de julio de 1884: Nace Enrique Recio Fernández, distinguido político socialista y revolucionario, diputado constituyente (1916), alcalde de Mérida (1919) y gobernador interino (1919-1920).

30 de julio de 1911: Inauguración del Panteón Porfirista.

2 de agosto de 1968: Inauguración de importantes trabajos de electrificación, siendo presidente municipal el Prof. Amado Andrés Fernández Paredes.


14 de Septiembre de 1928: El presidente municipal Alberto Colli (el abuelo) instala el reloj público, siendo gobernador del Estado el C. Dr. Álvaro Torre Díaz y diputado por este Distrito el C. Gualberto Carrillo Puerto.

16 de septiembre de 1924: El gobernador José María Iturralde Traconis inaugura el parque y busto en honor a Felipe Carrillo Puerto, siendo presidente municipal el socialista Manuel López Z.

29 de septiembre de 1861: Halachó es capital del Estado por diferencias del Congreso Legislativo con el gobernador Agustín Acereto.

4 de octubre de 1875: Halachó recibe la categoría de Villa.

15 de octubre de 1931: Inauguración del Panteón Socialista.

Del 18 al 25 de noviembre de 1841: Visita de John L. Stephens. El viajero describió la feria tradicional y los vestigios mayas de San Antonio Sihó y de Tancuché, entonces haciendas de la familia Peón.

1o. de diciembre de 1911: Fusilamiento del curandero Máximo Cen.

2 de diciembre de 1911: Monstruosa matanza de 10 inocentes pobladores.

9 de diciembre de 1865: La emperatriz Carlota Amalia visita el pueblo.

21 de diciembre de 1905: Inicia la construcción de la Casa Escuela.

26 de diciembre de 1952: Se inaugura el parque “Miguel Alemán Valdés.”

28 de diciembre de 1952: Inauguración del edificio de la escuela primaria “Felipe de Jesús Mis”.

30 de diciembre de 1944: Inauguración del Mercado Público.

Nota: Los sucesos no enlistados responden a la ausencia de datos precisos que evitan contextualizarlos.

UBICACION GEOGRAFICA Y
DEFINICION ETIMOLOGICA
Al sureste de la República Mexicana, en la periferia de la zona henequenera, se ubica la comunidad de Halachó, cabecera del municipio del mismo nombre. Limita al noroeste con la comisaría de Cepeda, al sur con Cuch-Holoch, al poniente con la comisaría de Sihó y al sureste con Bécal, Campeche. Su situación de pueblo fronterizo con este Estado y puerta de entrada a Yucatán por el popular Camino Real, contribuye a hacer de él una de las poblaciones yucatecas más conocidas por los habitantes del interior de la República.
Por su parte, el municipio de Halachó pertenece, geográfica y políticamente, al Estado de Yucatán. Se localiza entre los paralelos 20º 38’ de latitud norte y los meridianos 89º 47’ y 90º 24’ de longitud oeste. Por este punto cardinal, y al sur, es frontera con el vecino Estado de Campeche; por el norte, con Maxcanú y Opichén; y al este con los municipios de Muna y Santa Elena.
Halachó, identificado como Tahalachó por Cook Sherburme y Borah Woodrow1, registra varias definiciones etimológicas. La más conocida lo ubica entre el grupo que corresponde a árboles, yerbas y plantas; y señala que proviene de las palabras mayas U-Halal-Ch´o´, donde la sílaba Halal (Arundo donax, L.) es carrizo y Cho´o´ ratón, esto es, “Carrizal del ratón”.
Entre las personalidades que señalan esta definición se encuentra el padre Fray Diego López de Cogolludo, para quien Halachó viene de Halalchó, “una especie de variedad de cañuela llamada halal, que traducido significa “El carrizo del ratón”.2 Por su parte, el ilustre maxcanuense Alfredo Barrera Vázquez dice que Halachó es “El carrizo de los ratones”: Halal (carrizo) y ch´o´, (ratón). Halal también se llamó a las flechas porque estaban hechas de carrizo.3
En la Enciclopedia Yucatanense del Gobierno del Estado de Yucatán (1980) se lee que Halachó significa “Carrizal del C´hoh”; y que el toponímico puede dividirse en los elementos Halal y Chó. Ese documento especifica que “para halal tenemos en los diccionarios mayas carrizo, cañuto, cañas delgadas de que los indios hacen flechas. Pero otra acepción de la palabra es, en el maya yucateco: carrizal”. 4
Según las memorias del maestro Andrés Escalante Yah(†) el nombre se originó “cuando los españoles empezaron a transitar rumbo a Campeche y/o Mérida, debido a que el cenote rodeado de carrizo (halal) que había en el centro de la población era un paso obligado para los viajeros, carretas y animales de carga (...). Precisamente por la gente que dejaba restos de comida se crió mucho ratón (ch´o´), por lo que al pueblo le llamaron Halachó”. 5
Es importante observar que las interpretaciones citadas no hacen referencia al cenote que existió en la actual plaza principal del pueblo ni reflejan la presencia de agua, de ese precioso y vital líquido que para sobrevivir necesitaban la civilización maya y los mismos conquistadores. Veamos otras traducciones.
Santiago Pacheco Cruz, restándole importancia a la sílaba cho´o´, refiere: Halachó se origina de una especie de cañoto que por muy delgado le llamaban Halalchó. Y asegura que el nombre debe escribirse de la siguiente manera: Halalchhó.6
William Brito Sansores también difiere del significado tradicional al considerar que el término ch´o´ no significa ratón sino una modificación de ceiba (schottiii Britten et Baker), una bombácea, o simplemente ch´oh (indifofera suffruticosa) leguminosa. El significado podría ser, por lo tanto, Carrizal del cho (o del ch´oh), 7 haciendo alusión al tipo de ceibas que desprenden una especie de algodón y que se hallan en las calles y en la sabana del pueblo.
Fray Alonso Ponce, quien habitó junto con otros 22 frailes en el año de 1588 en el Convento de Calkiní, Campeche, ofrece una interesante versión al sostener que Halachó es la castellanización de la toponimia maya Halachoob, que significa hombres verdaderos o sabios, autoridades. Halachó era entonces “El lugar de los hombres verdaderamente sabios”. El nombre Halachoob lo convirtieron en Halach´o, que se tradujo arbitrariamente en Halal (carrizo) y Ch´o (ratón), o sea, El lugar del carrizo y el ratón. No hay justificación para semejante traducción, sentencia Fray Alonso Ponce, ya que el nombre no es Halalch´o sino Halachoob.8
La arbitrariedad citada por Alonso Ponce se nota de manera clara en el gentilicio halacho´enses9 que se aprecia en el famoso Códice de Calkiní, situación razonable si recordamos que los conquistadores intervinieron en su elaboración en el año de 1595 porque así convenía a sus intereses.
La interpretación del fraile es muy parecida a la que ofrece Carlos Alfonso Arcila Sosa, quien señala que Halachó viene de “Halachos”, es decir, de “comandos militares”10 que vivían en el pueblo.

*Fuente: KU MIS MIGUEL ANGEL. Halachó. Del Postclásico Tardío al Porfiriato. Edit. Unicornio S.A. de C.V., diciembre del 2009.


Miguel Ángel Ku Mis
mkumis@gmail.com.mx